La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, aterrizó este martes en Taiwán, en una visita que eleva la tensión entre la Casa Blanca y China, que ve la isla como propia y prometió “acciones militares selectivas” como respuesta a la visita de la jefa del partido Demócrata en el Capitolio.
Pelosi llegó a Taiwán desde Malasia, en el marco de su gira por Asia, en un hecho que fue calificado como “extremadamente peligroso” por el gigante asiático en su primera reacción.
El gobierno chino manifestó a través de un comunicado que “EEUU intenta utilizar a Taiwán para contener a China, no deja de distorsionar, oscurecer y vaciar el principio de una sola China, intensifica sus contactos oficiales con Taiwán, y envalentona las actividades secesionistas en pos de la ‘independencia de Taiwán’. Estas conductas, como jugando con el fuego, son extremadamente peligrosas. Quienes jueguen con el fuego, perecerán por éste”.
“El Ejército Popular de Liberación de China está en alerta máxima y lanzará una serie de operaciones militares selectivas para contrarrestar esta situación, defender resueltamente la soberanía nacional y la integridad territorial, y frustrar decididamente la injerencia externa y los intentos separatistas de ‘independencia de Taiwán’”, advirtió el portavoz del ministerio de Defensa chino, Wu Qian, en otro comunicado que condena la visita.
El viaje de Pelosi estuvo afuera de su itinerario público hasta último momento, lo que generó incertidumbre sobre si realmente se iba a concretar y puso en alerta a los Ejércitos chino y taiwanés, que incrementaron su preparación de combate a lo largo de la jornada.
En ese marco, la TV estatal de China informó que aviones caza chinos cruzaron hoy el estrecho de Taiwán.
El de Pelosi es el primer arribo a la isla de un dirigente político estadounidense de tan alto rango en los últimos 25 años después del republicado Newt Gingrich, que entonces ocupaba la misma posición que la dirigente demócrata.
¿Es posible una guerra? Glenn Diesen, profesor de la Universidad del Sudeste de Noruega, señala que en los últimos años EEUU se ha retirado unilateralmente de los acuerdos de seguridad con sus principales adversarios, lo que ha puesto en marcha una “escalada incontrolada”.
“Esto ha puesto a los estadounidenses en la senda de la guerra con países como Rusia e Irán, y ahora Washington también está dando pasos hacia una guerra accidental con China, al abandonar progresivamente la política de una sola China”, explicó.
El experto sugirió que Pelosi podría ser uno de los elementos de la llamada “táctica salami”, que consiste en socavar al adversario mediante amenazas o alianzas con otras fuerzas, avanzando gradualmente, rodaja a rodaja, para crear nuevas realidades sobre el terreno político.
“El revisionismo por pasos pequeños está diseñado para evitar una escalada rápida y eliminar la oposición de los adversarios y sus aliados, ya que cualquier respuesta puede ser presentada como desproporcionada o no provocada. La deshonestidad política de las tácticas del salami es la forma en que comienza una guerra accidental”, acentuó.
“Si Pelosi sigue adelante con su visita, EE.UU. ciertamente se preparará para responder militarmente a una posible respuesta militar china”, comentó a CNN Shi Yinghogn, profesor de la Universidad Renmin, en China, quien aseguró que la situación entre ambos países “será muy tensa”.
Por su parte, el especialista naval Li Jie mencionó a South China Morning Post que “el plan de Pelosi de visitar Taiwán está aumentando el riesgo de un conflicto militar” entre los ejércitos estadounidense y chino, debido a que “la China de hoy es muy diferente de la de mediados de la década de 1990”.
“El Estado Mayor estadounidense afirmó que podría enviar portaaviones para escoltar a Pelosi si fuera necesario, pero el EPL [Ejército Popular de Liberación de China] de hoy posee dos portaaviones activos. Es demasiado arriesgado para cualquiera de las partes desplegar esos barcos gigantes en la vía navegable”, indicó.