La periodista Marina Calabró quedó en el ojo de la tormenta en el canal de noticias LN+ luego de recibir las críticas de su compañero de señal Eduardo Feinmann, enojado por divulgar mal el rating de su programa, y de simpatizantes kirchneristas y periodistas afines al oficialismo por un análisis sobre los gestos de la vicepresidenta Cristina Kirchner durante la lectura de los alegatos en su contra en el juicio por presunta asociación ilícita por la obra pública en Santa Cruz entre 2003 y 2015.
El primer dolor de cabeza para la hija del comediante Juan Carlos Calabró se lo dio una de las figuras del canal opositor que pertenece al diario La Nación: Feinmann. Todo comenzó como “un chiste”, según la politóloga, pero para el también conductor de radio Rivadavia la cosa fue muy en serio.
El problema fue que Calabró leyó -en su rol de panelista de medios con Jorge Lanata en radio Mitre- una planilla de rating y dijo que estaba “primero” Jonatan Viale y “segundo” el noticiero de Feinmann, dentro de la señal LN+.
“Me acusó de presunto favoritismo con Jonatan, cuando lo que yo hago es leer la planilla. Además, si le parece que es tirarlo al bombo decir que en general queda segundo en la tabla general de las señales de programas de noticias…”, se defendió Calabró en declaraciones a América TV.
Me parece que fue como una cosa de chiste que se fue de las manos, se empezó a enojar en serio por la interacción entre ellos y la terminé ligando yo como daño colateral. Lo califico de gratuito porque encuentren ustedes en el archivo una línea mía contra Feinmann o contra su rating, contra su programa, contra su número o contra su éxito. No la hay. Ahí es donde digo gratuito”, agregó Calabró, quien también trabaja en LN+ por las mañanas, en el segmento que conduce Luis Majul.
Feinmann había sido muy duro: “Yo no existo. Soy un panelista que conduce”, ironizó para luegop darle un “consejo” a Calabró: “Debería leer un poquitito mejor. Falla un poco en matemáticas. Está muy bien en Ciencias Políticas pero en Matemáticas está floja”, disparó, ya que en varias oportunidades el programa suyo es el que lidera la audiencia.
Como si fuera una especialista en análisis de expresión gestual y corporal de la afamada serie “Lie to me” en la que los protagonistas ayudaban a detectar mentiras gracias a la lectura de rostros para investigar crímenes, Marina Calabró analizó un fragmento de la miniatura de Cristina Kirchner que se veía durante el desarrollo del juicio en la causa “Vialidad”, el lunes pasado.
“Este es el dato clave. Cuando ella se aferra a la tablet lo que ella está haciendo, es tratar de catalizar emociones, de administrar emociones. Lo que está demostrando es que hay una ansiedad. Está tratando de alguna manera de dibujar, de canalizar, de aliviar, por eso se aferra a la tablet como si se le fuera a caer”, analizó Calabró.
“Hay ansiedad, no hay miedo, no hay ira, pero hay ansiedad”, Y el otro dato que me daba es que ella después de apoyar el dedo, sobre su cara lo relaja, y lo que demuestra ese gesto o podría demostrar es que pierde interés con aquello que mira”, agregó.
“O sea para cerrar, qué es lo que vemos: No hay emociones negativas, No hay miedo. No hay ira, no hay furia, hay interés en la charla con el interlocutor ajeno. Hay ansiedad que trata de administrar aferrandose a la tablet, como un orador que se aferra al estrado, porque hay una ansiedad que quiere ocultar o por lo menos que quiere apaciguar”, cerró.
En Twitter, los simpatizantes de la expresidenta y periodistas afines al kirchnerismo no la perdonaron.