El Gobierno atraviesa su semana más débil en el Senado: quedó sin una estrategia clara, con promesas incumplidas, y sin el respaldo necesario de sectores que antes lo acompañaban. En este nuevo escenario, una coalición compuesta por kirchneristas, radicales y legisladores que hicieron causa común, impulsó leyes clave —aumento de jubilaciones, reactivación de la moratoria y emergencia en discapacidad— sin resistencia efectiva del oficialismo.
Además, los gobernadores sumaron fuerza al presentar proyectos respaldados por varios bloques en la CámaraAlta: uno automatiza el reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y otro modifica el impuesto a los combustibles para favorecer a las provincias. Al habilitar estas iniciativas, quebraron la expectativa oficial de impedir temas sensibles durante el año electoral.
La principal consecuencia: un riesgo real para el superávit fiscal que forma el centro de la estrategia económica del Ejecutivo. Como dijo un senador: “¿Usted sabe lo que implica convertir el bono jubilatorio en un derecho fijo?”, reflexionando sobre el impacto de estas leyes.
En la Casa Rosada hay inquietud, aunque algunos funcionarios restan dramatismo: “Estamos preocupados, pero no nos cortamos las venas”. Aun así, reconocen que el plan oficial en el Congreso —“ir por todo y contra quien se cruza”— podría desatar consecuencias inesperadas.
El senador radical que habló con Infobae cuestionó el timing estratégico: “El Gobierno tendría que haber abierto comisiones antes y así evitábamos esto. Me prometieron una cosa y en dos minutos pasó otra”
El jefe del bloque oficialista en el Senado, Ezequiel Atauche, está analizando impugnar la sesión de presupuesto convocada por la oposición. Si lo logra, el debate pasaría a manos de la vicepresidenta Victoria Villarruel, lo que evidencia la presión por controlar el calendario legislativo antes de los comicios.